La rotura de un emisario submarino provoca un vertido en la capital insular.
La empresa de aguas Emalsa ha confirmado que el mal olor entre el litoral de La Laja y San Cristóbal tiene su origen en la rotura de un emisario submarino ubicado a la altura del Teatro Pérez Galdós.
Desde el pasad 26 de enero y como consecuencia de esta ruptura, se han estado vertiendo al mar vertidos fecales que han traído consigo un intenso mal olor en la zona y dejando a la vista manchas marrones en las playas de La Laja y San Cristóbal, donde incluso se ha podido ver un trozo de tubería flotando.
Estos emisarios son los encargados de conducir las aguas sobrantes de la Estación Depuradora de Aguas Residuales -EDAR-, localizada en Barranco Seco, a unos dos kilómetros mar adentro, para realizar allí los vertidos con todas las garantías sanitarias. El hecho de que la rotura haya dejado a la vista manchas marrones en el litoral demuestra, según el Instituto Canario de Ciencias Marinas, que la depuración de esas aguas no ha sido llevada a cabo correctamente en perjuicio del ecosistema.
Por su parte, Emalsa asegura que todavía se están evaluando los daños y se tratará de resolver la avería lo antes posible.
El Ilustrador