A las 2.00 de la madrugada del domingo (hora peninsular) se debe adelantar los relojes a las 3.00 horas.
Una chistera de oscuras razones
Con la adaptación al horario de verano se prevé un ahorro energético tasado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) en 300 millones de euros. Si se hiciera una división por sectores de ese ahorro energético, 90 millones corresponderían a los hogares españoles, mientras que los restantes 210 se refieren al ahorro en el sector terciario y la industria. Esta medida que empezó a funcionar en 1974 de manera desigual en cada país se aplica, desde 2001 con carácter indefinido en toda Europa y una directiva establece las fechas de cambio de horario en el último domingo de marzo –para el horario de verano- y el último de octubre –para el horario de invierno-.
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