Admite que ocultó el cadáver en una fosa séptica, pero insiste en que “son injustas las acusaciones que se me están haciendo”.
El acusado asegura que encontró a Isabel Canino -la que fuera su pareja sentimental- “hinchada y amoratada” y atada con unas bridas. Una imagen que le impactó y que le hizo reaccionar de una manera inusual: enterrarla en la fosa séptica de su domicilio.
Además, ha señalado como autor de los hechos a un joven -amigo de la víctima- que al parecer habría acudido al domicilio que el acusado quería alquilar para solucionar unos problemas de conexión a Internet y reparar el ordenador de la víctima. Isabel Canino se había quedado sola en la vivienda con el informático mientras el acusado iba a otra casa a buscar unos cables. Al regresar, éste se encontraba con la escena anteriormente descrita y perdía los nervios, tomando la decisión de ocultar el cadáver. Por entonces, el acusado y la víctima ya no eran pareja y, de hecho, ella había comenzado una relación con otro compañero de trabajo en Titsa con el que el acusado -que trabajaba en la misma empresa- no mantenía un trato demasiado cordial.
Sin embargo, la hermana de la víctima, Eladia Canino, declaraba que el ordenador de su hermana no estaba averiado -pues lo había usado para hablar con ella la noche anterior- e insistió en los maltratos físicos y psicológicos que el acusado infringía a Isabel Canino durante el tiempo que mantuvieron una relación sentimental.