Su voluntad se conoció días después de haberla incinerado.
Una niña de 12 años se suicidó en un pueblo de Bengala Occidental -India- con la intención de donar sus ojos y riñones a sus padre y su hermano tras escuchar en una discusión familiar que solo a través de una intervención quirúrgica se podrían sanar los problemas de salud que esto padecían.
La niña dejó escrita una nota a su madre en la que declaraba cuáles eran las intenciones de su suicidio y posteriormente ingirió un pesticida. Horas más tarde fue trasladada a un centro hospitalario a 40 kilómetros de su domicilio y los médicos no pudieron hacer nada por salvarle la vida. La niña fue incinerada y su nota de suicidio no se encontró hasta el día siguiente.