Greenpeace advierte que en territorio nacional existen cientos de balsas mineras como la que ha provocado la muerte de cuatro personas en Hungría, debido a una ruptura.
Más de una decena de estas balsas ubicadas en España superan el millón de metros cúbicos, lo que las hace similares a la de Hungría cuya ruptura, el pasado lunes, ha provocado un vertido tóxico que ya se ha cobrado la vida de cuatro personas y que ha arrasado siete municipios húngaros con “barro rojo tóxico” cargado de metales pesados y altamente corrosivo. En España ya se han vivido catástrofes por el estilo, como el de Aználcollar en 1998: la ruptura de uno de los muros de la balsa de residuos de pirita descargó 5 millones de metros cúbicos de lodo y aguas tóxicas en la comarca de Doñana. Es por ello que los ecologistas se han trasladado hasta la zona húngara afectada para tomar muestras y prevenir futuras catástrofes como ésta, cuyos daños en los ecosistemas son prácticamente irreparables.
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