En el país de la náusea continua
Arcadas cotidianas apenas se accede,de primera mañana, al mercadillo de la actualidad para analizar...
Si de primeras dadas, recibo de mano dos reyes caballo, mi compañero se muerde el labio de abajo, y el adversario me lanza un órdago a la grande, hay que aceptarlo porque eso está ganado.